ASPECTOS PSICOLÓGICOS IMPLICADOS EN EL TERRORISMO

El terrorismo, como seres humanos y potenciales víctimas, nos consterna. Nos impacta aún más cuanto más cercanas son las víctimas a nuestro sistema de valores o grupo social, puesto que esto aumenta nuestra capacidad de empatizar y ver a través de los ojos de esas personas que han sufrido o muerto.
Nos sorprende que un ser humano pueda llevar a cabo actos de tal violencia, nos preocupa más que se organice una colectividad de la masacre y el odio.
¿Qué pasa por la mente de un asesino para sentirse motivado a involucrarse en un acto de terrorismo ? Aunque no se conocen todas las características, algunos de los aspectos psicológicos implicados en el terrorismo son estos:

VULNERABILIDAD PREVIA DEL TERRORISTA

En todo acto violento de terrorismo, es necesaria una vulnerabilidad previa del individuo. Estas vulnerabilidades no son, en absoluto, determinantes, pero predisponen a que, junto a muchos otros factores, pueda desencadenarse una acción violenta.

AUSENCIA DE EMPATÍA Y COSIFICACION DEL OTRO

Si yo me pongo en tu lugar, si imagino cómo te sientes, qué piensas y lo que sufres, es difícil que te hiera. La empatía es una dimensión que previene la violencia y, por lo tanto, previene el terrorismo. Pero si yo me sugestiono para creer que eres menos humano que yo, que lo que te pasa no es importante, que eres un mero objeto, si yo te cosifico, entonces puedo hacerte daño. Si te devalúo, si te despojo de las características humanas ( “eres el infiel”) , puedo agredirte.

DEFICIENCIA EN LOS MECANISMOS DE CULPA

Si yo siento culpa, si experimento malestar después de hacer daño a alguien, la probabilidad de volver a hacerlo se reduce. Pero si no siento molestia al agredir, si me da igual, es decir, si lo mecanismos de activar la culpa no están operativos, la probabilidad de ejercer la violencia es mayor. En actos de terrorismo, la culpa está inhibida y ssutituida por sentimientos reforzantes de deber cumplido.

ESTRECHAMIENTO COGNITIVO

Si tengo algo así como un dogma, si rechazo toda información alternativa o crítica a ese dogma porque me genera inseguridad, si me adhiero acríticamente a una visión del mundo, si me han educado en la diferencia, en el rechazo del otro, en la defensa de mi sistema para sobrevivir, filtraré toda la información y desecharé los datos que pongan en peligro mis creencias porque la disonancia cognitiva me provocará malestar. Esto es un sistema que se retroalimenta constantemente y se va agravando con el paso del tiempo, haciéndome cada vez más fanático. Así se genera el caldo de cultivo para el terrorismo.

AISLAMIENTO SOCIAL DE ENTORNOS AJENOS A SUS CREENCIAS

El propio estrechamiento cognitivo provocará que yo huya de entornos sociales que no compartan mis ideas y vaya en busca de grupos en las que estén aceptadas. De este modo, se reducirá la disonancia cognitiva y se reducirá mi malestar por la duda. Al convivir en entornos ideológicos aislados, mi estrechamiento cognitivo aumentará. El círculo vicioso del terrorismo.

CONDUCTA PATOLÓGICA VIOLENTA Y DEPREDADORA

Soy un ser humano, y por ello, en ocasiones recurro a la agresividad física o verbal si veo amenazada mi integridad y no encuentro otro modo e defenderme. Esto es algo que nos pasa a todos los seres humanos, es adaptativo y normal. La violencia, por el contrario, va más allá. Procede del odio que provocan la rabia, el rencor y el resentimiento. Este caldo de cultivo, es otro de los factores que desinhiben la conducta de destrucción del otro, como en el caso del terrorismo.

No son estos todos los factores implicados en la violencia observada en los recientes atentados, pero son algunos de ellos. ¿Los antídotos?: la educación en valores, la enseñanza en el respeto del otro, el entrenamiento en métodos alternativos de solución de conflictos, el desarrollo de un sistema ético y moral, el fomento de la empatía, el adecuado abordaje de la culpa ante actos incorrectos… Tanto trabajo por hacer.

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